Sabor agridulce con Sirenia y Against Myself en Madrid
Con Sirenia tengo una conexión muy personal. Quizá porque fruto de la casualidad llevo escuchándoles desde su formación. O tal vez porque una canción suya, ‘My mind’s eye’, en mi top de cortes de metal sinfónico, fue la primera de las que le puse, y le gustó, a mi pareja. Con una historia tan fascinante como esta, lo lógico es que llevara ya muchos conciertos suyos a mis espaldas. Craso error. Gracias a Z! Live este fue el primero.
La velada fue inaugurada por Against Myself y lo primero a lo que quiero hacer mención es al sonido con el que contaron. Aunque por desgracia sé que podría haber sido mucho peor, no estuvo de su lado ya que el bombo aplastaba todo. Tanto fue así que durante una de sus canciones su vocalista, Elizabeth, tiró el micro del mismo y la mejora fue evidente.
A eso hubo que sumar las luces estroboscópicas, como si de en una discoteca se tratara, buscando el ataque de epilepsia, y el uso indiscriminado, por alguna razón que continúo sin entender, de luces frontales rojas, que me sacaba mucho de su actuación.
Pero en cuanto al show en sí, ninguna pega. Ellos defendieron su metal sinfónico en su actuación con energía, llenando de vida el escenario de The Bassement Club. Nada estáticos e interactuando de manera frecuente, intentando que el público se sintiera partícipe aunque a priori no fueran el plato principal. Además sabiendo llenar con naturalidad los espacios entre canciones.
Poco antes de las 21:30 Sirenia salieron a por todas con ‘Addiction no. 1’, pero por si había alguien que no había entrado en su actuación, continuaron con dos piezas que debieron hacerlo: ‘Dim days of dolor’ e ‘Into the night’.
Aunque las luces siguieron jugando a «voy a pegar fogonazos a ver si te dejo ciego», el sonido supuso una mejora frente a Against Myself, aunque distó del escuchado en otros conciertos en el mismo recinto, en especial por varios acoples.
Curiosamente no fue hasta la quinta canción que Sirenia interpretó una de 1977, el disco que se encontraban presentando. La escogida fue precisamente la que lo abre, ‘Deadlight’. A mí es un álbum que no me ha entrado en absoluto, pero tanto esta como otras que incluyeron de él, ‘A thousand scars’, ‘Nomadic’ y ‘Wintry heart’, en directo cambiaron mi percepción.
Imposible dejar de mencionar su versión de ‘Voyage, voyage’ de Desireless, que aunque Sirenia llevaban en cierto modo a su terreno, no difería demasiado de la original, sumó un punto más a la descarga. Aunque para que voy a negarlo, canté a pleno pulmón la adaptación de Los Gandules.
Y tocaron ‘My mind’s eye’. Aunque me fue imposible no echar de menos la voz de Monika, Emmanuelle es una excelente vocalista, defendiendo esta pieza muy bien y no pude evitar derramar más de una lágrima.
Fueron 14 canciones en apenas una hora las que Sirenia incluyó en su set, dedicando lo justo a hablar con el público y con un tiempo de espera para el bis cortísimo.
No puedo decir que Sirenia me dejaran mal sabor de boca, creo que sonaría raro con las palabras que les he dedicado antes, pero en muchas partes se hacía extraño. Ya he mencionado que Emmanuelle me parece una excelente vocalista, pero en los temas de Ailyn me chocaba demasiado. Esto no es ni bueno ni malo, simplemente es otra cosa y me lleva a sentimientos encontrados.
Texto: Alejandro Sanz
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