Dentro del submundo que enmarca a eso que llamamos rock y metal, se supone que el hecho de que sea cada vez más común ver a formaciones españolas haciendo giras fuera del país y en los carteles de los grandes festivales internacionales, iba a ser una buena noticia para todos. Pero, ¡oh! ¡Sorpresa! No es así.
Haciendo un repaso muy por encima, hemos podido ver a The Broken Horizon y Ankor en Hellfest 2024. Estos últimos también estarán en Wacken, repitiendo respecto al año anterior. Todo sin tener en cuenta las múltiples apariciones de Crisix o Angelus Apatrida, destacando también los shows de Crusade of Bards por distintos países de Europa.
¿Pues bien, no? Pues sí, supongo. A mí me alegra, en la medida que me alegran todas las cosas, según lo relevante que es para mí. Me ha encantado que Ankor haya tocado en Francia, y lo vuelva a hacer en WOA, así como lo hizo su gira por Japón. ¿Sabéis por qué? Porque me gusta Ankor, y si puedo pues los veo cada vez que esté cerca. Pero con Crisix, que oye, que geniales, que los he visto también un buen puñado de veces, pues me da más igual, porque no es una banda que escuche de manera habitual y no tengo ningún tipo de relación emocional con su música. Quizá estoy diciendo una locura, qué sé yo.
Y puede que sí, que efectivamente, sea una locura. ¿Por qué sabíais que si toca una banda española fuera de su país, y estáis allí, tenéis que verla? Yo me enteré hace nada. Que a ver, la idea en sí es un poco rocambolesca. Lo mismo no quiero verlos si tocan al lado de cada, pero a 1000 o 2000 kilómetros son obligados.
Parece ser que la nacionalidad te obsequia con una serie de privilegios frente al resto, pero cuando no estás dentro de tu país de origen. No sé, yo aquí veo una peligrosa y perversa mezcla de pensamientos contradictorios entre el “primero, los de aquí” y esa idea fascista de que se dan privilegios a los inmigrantes. Pero sí, así es. Os animo a ver como en diferentes crónicas, en las que no se nombran a las bandas españolas fuera de sus fronteras, aparece alguien a criticar. Todo ello usando las palabras que dan ganas de usar en un juego de beber cuando alguien las dice: escena, apoyo, relevo…
Aquí, hablando en plata, porque queremos que no quede duda alguna, nos importa una puta mierda la procedencia de cada una de las bandas, que de una forma u otra, hablamos. ¿Tu banda es de Calzadilla de los Barros, provincia de Badajoz? Para dentro. ¿Que es de Wichita, Kansas? Venga, te hacemos un hueco. ¿Habéis viajado en el tiempo y sois del Japón feudal? Nos interesa. Y a la vez todas nos podrían dar igual. Porque lo mismo, da esa casualidad, lo que hacen, no nos interesa, no nos llena o simplemente, no nos gusta.
No hay criterios a la hora de hablar de x o y. No vamos a unos conciertos u otros según el origen. Aquí vais a encontraros de todo. El artículo habla del rock y el metal porque, a día de hoy, es lo que más conocemos, pero se aplica absolutamente a cualquier estilo imaginable.
Recomendamos escuchar y ver lo que a uno más le guste o apetezca, ahora, igual que nosotros, haced lo que os dé la gana.