Mayo de 2020. En uno de los múltiples grupos donde nos reuníamos miembros de Fotoconciertos, sin avisar a nadie, anuncié que dejábamos de publicar. Una medida tomada completamente en solitario, sin posibilidad de diálogo. Estaba claro que algo no andaba bien.
Durante las siguientes semanas sentí alivio, pero poco a poco, aún sin quererlo reconocer, veía que me arrepentía de aquella decisión. Colaboraciones varias, la fundación de Triángulo Líquido y su completa parada, todo en un periodo de pocos meses. Nada mejoraba y pasó lo que tenía que pasar.
En un momento de 2022 recibí uno de los toques de atención más grandes de mi vida que me hizo tomar medidas y por suerte mi médico de cabecera estuvo de acuerdo. Fueron momentos muy duros, probablemente los que más, pero que me dieron el tiempo suficiente para poner todo en su sitio, arreglar un desaguisado que llevaba acumulando 14 años, cerrar una etapa enorme y empezar otra, con miedo, pero con ilusión y esperanza.
Empezaba a ser yo mismo, con todo lo que eso implica: ciertas cosas dejaron de darme igual. Hay una ilusión intrínseca en ser parte de la música, aunque sea a un nivel no profesional. Pero también una rabia que no deja de crecer. Una rabia hacia las mierdas que pueblan los medios musicales.
Estoy harto de clickbaits, que además ni siquiera son imaginativos. Harto de noticias sin contenido. Harto de que para leer algo relevante haya que llegar al tercer párrafo. Harto, al fin y al cabo de que todo se haga con tal de contentar al seo, y por tanto rascar visitas a cualquier precio, aunque eso implique hacer basura.
Aparte todos los conocidos que colaboran en medios cuyos máximos responsables sí viven de esto pero ellos reciben un “gracias” a final de mes en el mejor de los casos. Y ya sé que si se hicieran las cosas de otra forma no podríais vivir de esto, pero tener a alguien a cambio de nada cuando tú te lo llevas muerto, muy ético no parece. Sí, la ética no paga facturas, pero me mantiene la conciencia muy tranquila.
Así que partiendo de todo esto ha llegado el momento. Fotoconciertos murió y Triángulo Líquido, un medio musical, no de unos géneros en concreto, sino de música, ha nacido, obviando completamente aquello que pudo ser y no fue, pero que esta vez, al menos, intentará ser. Es una cuestión de principios.
La fecha de vuelta no es casual. Pasamos de un 14 de abril a un 20 de noviembre, porque queremos que lo que haya que celebrar, sea aún más intenso.
Nosotros somos contingentes. Solo la música es necesaria.
Alejandro Sanz